Este no es un protocolo al uso, es decir, no te vamos a dar un checklist, sino que te sugerimos que implementéis el vuestro a partir de nuestra experiencia personal.

Un buen manejo del paciente (y del cliente) desde que entra por la puerta te permitirá hacer muchas más cosas con menos complicaciones.

¡Empezamos!

¿Tienes una consulta exclusiva para ellos o todas son mixtas?¿Crees que está adaptada para que un gato sienta el menor estrés posible?

  • Lo ideal es reservar una consulta exclusiva para pasar las consultas felinas, libre de olores de perro y otros posibles competidores como hurones. Esto eliminará una buena parte de la fuente de estrés.
  • Debería estar lo mejor aislada posible de zonas donde haya ruidos (peluquería) o perros (sala de espera, consulta u hospitalización).
  • Detecta y corrige aquellas zonas por donde pueda escaparse o esconderse (ventanas, acceso a falsos techos, atrás/debajo de los muebles, estanterías muy altas, splits de aire acondicionado…).
  • Evita el contacto visual con otras personas, gatos o perros empleando vinilos en cristales.
  • Emplear una luz ambiental más tenue y difusa para la parte de aclimatación y otra un poco más intensa, de forma puntual para la exploración.
  • Coloca un difusor de feromonas en una zona estratégica.
  • Ten a mano premios de varios tipos, catnip o silvervine. En la consulta nunca deben faltar estos elementos para hacer que sea mucho más agradable.
  • La limpieza y desinfección debe ser exhaustiva antes y después de cada visita, debiendo limpiar todas las superficies cerca de las que haya estado el gato; mesa de exploración, pared e incluso suelo si llego a bajarse, báscula, etc., para eliminar las feromonas de estrés que haya podido dejar.
  • Si se acaba de hacer pis o caca algún gato en la anterior visita, vacía la papelera para eliminar ese tipo de olores.
  • Esto también nos incluye a nosotros y a todo el personal que vaya a interactuar con el gato. Lávate muy bien las manos, deja que se sequen bien e intenta llevar el uniforme siempre limpio, sin pelos, marcas de olor de otros animales (orina, perianales…), sangre o alcohol.

Cuando entras a consulta, ¿hay indicaciones de no molestar o interrumpir? ¿Sueles tener todo al alcance para no tener que entrar y salir constantemente?

  • Se deben evitar en la medida de lo posible las interrupciones de cualquier compañero, llamadas de teléfono con timbre alto y por supuesto, gritos o tonos de voz altos. Opciones que puedes implementar:
    • Pueden usarse colgadores de puerta, como los de los hoteles, para indicar que estas en una consulta con un gato.
    • Indica que siempre llamen primero a la puerta para que se les diga si pueden pasar o no, y en caso de que sí, abrir la puerta despacio, entrar y cerrarla, pero nunca dejarla entreabierta.
    • Dejar el móvil en vibración, y si es posible, no contestar dentro de la consulta.
    • El tono de voz debe ser bajo. Evitar que la persona que entre se dirija al gato.
    • Si tienes algún otro tipo de elemento que haga mucho ruido (extractores, aires acondicionados…) evitar usarlo sobre todo durante la exploración.
  • Desde que el gato y los propietarios entran en la consulta, nosotros también debemos evitar salir de ella constantemente. Una vez que hagas la anamnesis, si necesitas ayuda, material para hacer las pruebas o medicación, intenta que se haga de una sola vez.

¿Tienes reservado un tiempo para la anamnesis?

No es sólo para poder averiguar qué le pasa a tu paciente o empatizar con el propietario. Una vez que el gato está en un sitio tranquilo, sin ruidos extraños, escuchando la voz de sus propietarios, puede relajarse un poco y aclimatarse a la consulta. Por eso es necesario también dejar un tiempo (entre 15-20 minutos como mínimo) para que se adapte.

Para maximizar el tiempo y mejorar la comunicación, tienes a tu disposición el Formulario de Anamnesis Felino.

Ideas para mejorar la anamnesis y no dejar nada en el tintero:

  • Enviar el formulario por mail/WhatsApp el día que se concierte la cita.
  • Recopilar los datos en el historial.
  • Anota el motivo de consulta para no perder el foco en lo que el propietario busca de la futura consulta.
  • Anota aquellas cuestiones que no quedan claras para repasarlas en la consulta.
  • Anota las respuestas relevantes para discutirlas con el propietario.
  • Si no se puede enviar el formulario, redacta uno más corto para tenerlo en la sala de espera o consulta y que sirva así como guía.
  • Intenta que sean preguntas abiertas, de redacción corta o de marcar varias opciones.

Una vez tengas los datos objetivos por escrito, es crucial que sea el propietario el que hable y exponga todas sus preocupaciones. En el caso de los gatos, casi nunca un signo “viene solo”. Suelen existir múltiples patologías, así que puede que tenga varias cosas que contarte.

¿Sabes comunicarte con tu paciente? ¿Cómo lo haces?

Nuestro objetivo es que se sienta más confiado y no perciba de nosotros ninguna señal que indique que está en peligro. Nada más.

Por este motivo, tenemos que respetar su espacio. Cuando nos gustan mucho los gatos al principio cometemos el error de tocarles demasiado o de intentar “caerle bien”, pero nunca deberemos forzar al gato a interactuar con nosotros si él no quiere. En este punto, menos es más.

La clave una buena comunicación con el gato está en conocer su lenguaje corporal. Te dejo un enlace sobre como son las reacciones de “amistad” felinas.

Por tanto, en este apartado no vamos a hablar de esos gatos súper simpáticos y sociables (que los hay), a los que parece que les da igual venir a consulta, si no del resto de pacientes felinos, que son la mayoría, a los que no les gusta que un extraño se dedique a toquetearle por ciertas zonas.

Para empezar con buen pie debes seguir siempre estas pautas:

  • Mantenerle dentro del transportín durante la anamnesis, a no ser que ya conozcas el carácter del gato y sepas que le gusta explorar la consulta. Cuanto más tiempo pase fuera más nervioso se pondrá.
  • Evitar mirarle directamente durante mucho rato. Desvía la mirada y entre cierra los ojos varias veces (es una señal de tregua, de “está todo bien”).
  • No acercarte demasiado a un gato que no conoces y mucho menos de frente. Cuando llegue el momento de la exploración, acércate siempre con el propietario delante y tú por detrás.
  • Nunca debes tocarle directamente sin que él manifieste interés o haya intentado “marcarte”. Si se acerca a ti de forma amistosa, acerca un dedo para ver si realiza “alorubbing”(te toque con su nariz), y deja que sea el gato el que decida si quiere más mimos o no.
  • Si no sale por sí mismo, nunca arrastrarle fuera del transportín. Levantar la parte de arriba y comenzar la exploración con el gato dentro. En los casos en los que haya que sacarlo, siempre es preferible que sea el dueño el que lo manipule.
  • Siempre deja que el propietario se mantenga cerca, que sea el que intente la primera aproximación, que le hable y que lo mantenga entretenido siempre mirando hacia el frente.
  • No le regañes bajo ningún concepto. Un gato es capaz de asociar nuestra reacción con que no debe hacer algo, sino que lo interpreta como una agresión. Evita también los “shhhh”, ya que para ellos puede sonar como un bufido de otro gato.

¿Conoces los signos de estrés o miedo en gatos?

  • Gato relajado:
    • Orejas en posición neutral, hacia delante
    • Ojos abiertos o entrecerrados, pupilas no dilatadas
    • Cola hacia arriba con movimientos suaves
    • Se restriega con borde del transportín o mano del propietario
  • Gato nervioso:
    • Orejas en posición neutral, hacia delante o hacia los lados
    • Ojos abiertos con pupilas dilatadas. Evita contacto visual
    • Cola cerca del cuerpo
    • Incorporado o pegado al suelo del transportín/jaula
  • Gato asustado:
    • Orejas hacia los lados
    • Ojos abiertos con pupilas no dilatadas. Mirada fija
    • Cola cerca del cuerpo, puede que movimiento de la punta
    • Pegado al suelo del transportín/jaula
    • Gruñidos o bufidos
  • Gato muy asustado (defensivo):
    • Orejas aplanadas hacia atrás
    • Pupilas muy dilatadas. Mirada fija
    • Bigotes hacia atrás
    • Cola hacia abajo o pegada al cuerpo, pelo erizado
    • Cuerpo tenso y paralizado
    • Gruñidos o bufidos
    • Ataca si nos acercamos
  • Gato muy asustado (ofensivo):
    • Orejas aplanadas hacia atrás o hacia delante
    • Pupilas muy dilatadas. Mirada fija
    • Bigotes hacia delante
    • Cola hacia abajo y erizada
    • Cuerpo encorvado, erizado
    • Gruñidos o bufidos
    • Ataca si nos acercamos o solo con situarnos en su campo visual

¿Cómo realizas la exploración?

  • Empieza siempre por lo menos molesto (cabeza, cuello, tórax)
  • Deja las zonas “delicadas” (abdomen, temperatura o examen oral) para el final, a no ser que tengas un tiempo limitado para manipularle y venga a con un motivo de consulta específico
  • Intenta ser lo más “rápido” posible, pero no brusco ni descuidado. Realiza la exploración concentrado en lo que estás haciendo para obtener la información que buscas, controlando todo el tiempo el lenguaje corporal del gato y sin entretenerte en hablar con el propietario o en ir a buscar algo
  • Muchos pacientes empeoran con las interrupciones y la reanudación de la exploración. Mantén siempre un contacto físico
  • En cambio, si el gato empieza a mostrar signos de miedo, estrés, agresividad… debemos parar, intentar distraerle con algo de comer o un juguete y volverlo a intentar pasados unos minutos o incluso valorar la posibilidad de sedación
  • Intenta que no se baje de la mesa de exploración por si algún otro ha dejado marcas de olor en algún sitio que puedan desencadenar una reacción de miedo. Esto depende mucho del gato, ya que a algunos les encanta pasearse por la consulta. En cambio, otros más territoriales o miedosos, pueden cambiar por completo su comportamiento si notan algún olor extraño, siendo imposible manipularles a partir de ese momento
  • Si el paciente es muy tímido puedes mantener su cabeza tapada por una manta y explorarle de esta forma

Mi experiencia personal: a mí me funciona muy bien explorarles dentro del transportín o encima de la báscula, porque los bordes elevados hacen que se sientan más seguros, con el dueño masajeándole la cabeza mientras que yo voy explorando, manteniendo el contacto físico con una mano cerca del cuello para que sea algo previsible para el gato a la vez que me permite percibir si en algún momento se pone tenso y tengo que estar preparado.

¿Qué técnicas empleas con los gatos que no se dejan manipular ni un segundo o para los que tienes que mantener durante un tiempo quietos o inmóviles?

  • Prohibido usar la fuerza bruta, guantes, jaulas de contención o bozales. Es lo más terrorífico del mundo para un gato
    • No olvidemos de los riesgos que corréis tú, tus compañeros y el propietario
  • Para gatos que tienen antecedentes de miedo o agresividad hay varias opciones:
    • Gabapentina 50-100 mg por gato 2 horas antes de la consulta
    • Si aun así no se dejan explorar o hacer una prueba no invasiva lo menos estresante es recurrir a la sedación
  • Optar también por sedar cuando haya que realizar pruebas no dolorosas, pero si incómodas que requieran permanecer inmóviles durante cierto tiempo o que vayamos a tardar más en hacerlas con el gato consciente, porque vamos a tener que parar mil veces para poder hacerlas bien
  • Si en algún momento hay alguna técnica de distracción que funciona mejor en un paciente, anotar en el historial para la siguiente visita

¿Sueles pedir colaboración a los propietarios o prefieres trabajar con ellos fuera de la consulta?

En lo que respecta al gato siempre es mejor utilizar todo aquello que para él implique seguridad y familiaridad, por tanto, los cuidadores son un “elemento” más que nos puede ayudar siempre que mantengan una actitud tranquila y colaboradora.

  • Tenemos que explicarles qué vamos a hacer, para qué y cómo (ej. tomarles la tensión, pre medicarles, sacar sangre, etc…)
  • Súper importante ser claros e indicar qué necesitamos que hagan: distraerles, rascarles, etc…
  • Una excepción son aquellos que se encuentran extremadamente nerviosos, ya que transmitirán esta emoción a su gato. En ese caso si no es posible tranquilizarles, es mejor que salgan de la consulta